El canciller japonés Takeaki Matsumoto y Eduardo Ferreyros Kuppers, titular peruano de Comercio Exterior, se saludan en Tokio tras firmar el 31 de mayo de 2011 el Tratado de Libre Comercio (TLC) e Inversiones que permitirá reducir los aranceles en ambos países.

El canciller japonés Takeaki Matsumoto y Eduardo Ferreyros Kuppers, titular peruano de Comercio Exterior, se saludan en Tokio tras firmar el 31 de mayo de 2011 el Tratado de Libre Comercio (TLC) e Inversiones que permitirá reducir los aranceles en ambos países.

Japón y Perú firmaron este martes un Tratado de Libre Comercio (TLC) e Inversiones que permitirá reducir o eliminar los aranceles en diez años para el 99% de los productos de la pauta exportadora de ambos países.

Este Acuerdo de Asociación fue firmado por el ministro de Relaciones Exteriores japonés, Takeaki Matsumoto, y Eduardo Ferreyros Kuppers, el titular peruano de la cartera de Comercio Exterior y Turismo, en Tokio.

Con este acuerdo, Perú eliminará inmediatamente los aranceles a la importación de vehículos y televisiones japoneses, mientras que Japón eliminará paulatinamente los aranceles a las importaciones peruanas de cobre y zinc, ropa, calamares y espárragos.

Sin embargo, mantendrá los aranceles al arroz, azúcar, productos lácteos y algunos mariscos.

Productos agrícolas como mangos, uvas y plátanos ingresarán al mercado nipón sin aranceles.

El acuerdo entrará en vigor una vez que haya sido ratificado por los Parlamentos de ambos países, cuyos intercambios comerciales superaron los 2.700 millones de dólares al año.

El grueso de las exportaciones de Perú a países asiáticos son tradicionalmente los minerales, que no necesitan un TLC, que sí es importante para las manufacturas, textiles, productos agroindustriales, industria química e industria productora de cierta maquinaria y equipamiento.

Este tratado con la tercera economía del mundo se suma al concluido recientemente con Corea del Sur, el décimo mercado del mundo, y a los suscritos con Estados Unidos y China, primera y segunda economías, respectivamente.

Este acuerdo se inscribe en el objetivo estratégico trazado por el presidente Alan García desde inicios de su gobierno en 2006 de ampliar sus relaciones comerciales con Asia.

Las negociaciones con Japón han sido muy difíciles porque Tokio protege su agricultura y con el TLC se busca venderles productos agrícolas, pesqueros y forestales.

Japón ya ha suscrito acuerdos de libre cambio con diez países, entre ellos México y Chile en América Latina, así como la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) en la que se sientan a su vez diez países.

En febrero firmó un tratado de este tipo con India, que todavía debe ser ratificado.

El sábado, Japón y la Unión Europea también decidieron iniciar negociaciones preparatorias con vistas a suscribir un tratado comercial que Tokio ve con muy buenos ojos.

El terremoto del 11 de marzo y sus consecuencias han aplazado una eventual adhesión de Japón a la Asociación Transpacífica (TPP por sus siglas en inglés), una zona de libre cambio que incluye a Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur y que podría ampliarse pronto a Estados Unidos, Australia, Malasia, Perú y Vietnam.

Muy selectivo sobre las importaciones, Japón se ha dado cuenta recientemente de las limitaciones que supone la ausencia de grandes acuerdos comerciales.

De hecho, ha empezado a negociar en los últimos años numerosos acuerdos de libre comercio, preocupado por el avance de Corea del sur, nación vecina que compite en la exportación de automóviles y productos electrónicos.

Seúl acaba de concluir dos importantes tratados de libre cambio, con la Unión Europea (UE) y con Estados Unidos.

Según las autoridades japonesas, el acuerdo con Japón "promoverá la liberalización y facilitará el comercio y las inversiones entre los dos países y contribuirá a revitalizar ambas economías gracias al refuerzo de los lazos económicos recíprocos en un amplio abanico de sectores".

Fuente:

http://noticias.latam.msn.com/pe/peru/articulo_afp.aspx?cp-documentid=28941554