2 jul 2011

Machu Picchu lucha contra la basura

Machu Picchu lucha contra la basura

Los desechos que inundan casi todas las grandes ciudades han llegado hasta los lugares más insospechados del planeta, y hasta los más sagrados. El conjunto arqueológico de Machu Picchu, en Perú, también se ha visto afectado por importantes cantidades de basura que abandonan los turistas.

Un grupo de jóvenes participantes de la Ruta Quetzal, durante la visita a la ciudadela inca de Machu Picchu, ubicada en el departamento sureño de Cuzco, en Perú.(EFE)

Machu Picchu es uno de los enclaves arqueológicos más visitados del mundo, pero el número de turistas se ha ido incrementando desde que fuera descubierto en el año 1911 por el aficionado a la arqueología y explorador estadounidense Hiram Bingham.

Las colosales construcciones de esta antigua ciudad inca siguen constituyendo una de las urbes más atrayentes del mundo.

Situada a 130 kilómetros al noroeste del Cusco, en la provincia de Urubamba, en la cresta del cerro Machu Picchu., los arqueólogos han dividido la ciudad en tres grandes sectores que incluyen el Barrio Sagrado, que comprende el Intiwatana, el Templo del Sol y la Habitación de las Tres Ventanas; la zona residencial, formada por el Barrio de los Sacerdotes y la Nobleza; y el Barrio Popular, en la parte sur de la ciudad, donde se encuentran las viviendas de la población común.

Las edificaciones siguen las mismas pautas de la arquitectura típicamente inca con construcciones con muros de sillares pulidos de forma regular, las enigmáticas junturas perfectas entre los bloques de piedra y un ligero talud o inclinación que `permite que la base sobresalga con respecto a su remate. Vanos trapezoidales y uso de hornacinas y esculpidos como ornamento arquitectónicos.

Es este uno de los parajes construidos por el ser humano más bellos del planeta que
recibe hasta 3.000 visitantes diarios en las temporadas altas de turismo, los cuales acceden al lugar por tren o a pie, en caminatas de varios días por el llamado Camino Inca y no podemos dejar que se contamine por la desidia y la falta de respeto por un lugar en el que hace siglos se adoraba al Sol, dios de la civilización inca.

Es por esto que una normativa municipal impide, a partir del próximo mes de abril, que los turistas que visiten este conjunto arqueológico y sus alrededores puedan comprar ni consumir bebidas en envases desechables, con el fin de luchar contra la contaminación.

El personal de limpieza de la municipalidad recoge a diario un promedio de dieciocho sacos de botellas plásticas, cifra que puede subir o bajar dependiendo de la cantidad de visitantes en el centro arqueológico.(EFE)

Arrojar la basura, lo más fácil

"Aquí en Machu Picchu es increíble cómo se consumen estos envases y cómo se contamina. La gente no es consciente de consumir un envase descartable y ponerlo en un lugar adecuado. Simplemente lo arrojan", manifestó a Efe la jefa del área de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la municipalidad, Marcela Moreno.

"El plástico es uno de los insumos de contaminación y, en este momento, estamos tratando volver a lo que era antes, como por ejemplo comprar en bolsas de papel y de tela", agregó.

El personal de limpieza de la municipalidad recoge a diario un promedio de dieciocho sacos de botellas plásticas, cifra que puede subir o bajar dependiendo de la cantidad de visitantes en el centro arqueológico, señaló Moreno.

En diciembre pasado, el municipio logró reunir mil botellas de color verde en una semana, para armar un árbol de Navidad de cinco metros de altura, un dato llamativo teniendo en cuenta que los envases de ese color son los menos consumidos en el lugar.

Moreno, bióloga de profesión, dijo que para el municipio "es dificultoso el transporte de todo tipo de residuos", motivo por el cual tienen una máquina picadora para reducir las botellas a pedazos.

El material recogido por la municipalidad es entregado a recicladores particulares que lo llevan a la ciudad de Arequipa, donde existen plantas productoras y distribuidoras de bebidas, y verifican que no sea arrojado en el camino.

De forma paralela, los vecinos de Machu Picchu clasifican sus desechos en bolsas diferentes para los residuos orgánicos y los inorgánicos. Sin embargo, una iniciativa del concejo municipal para convertir los residuos orgánicos en humus (abono) fue suspendida hace un año por la falta de autorización de la Dirección General de Salud Ambiental.

"Ahora estamos trabajando con el alcalde en implementar nuevamente este sistema, pero bajo los requisitos que nos están pidiendo", informó Moreno.

Fuente:

http://noticias.latam.msn.com/pe/especiales/centenario-machu-picchu/articulo.aspx?cp-documentid=29227057&page=2

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