Varios japoneses pasan en bicicleta entre coches destrozados por el terremoto y el tsunami del pasado viernes, el domingo 13 de marzo en una calle de la localidad japonesa de Tagajo, en la prefectura de Miyagi.

Varios japoneses pasan en bicicleta entre coches destrozados por el terremoto y el tsunami del pasado viernes, el domingo 13 de marzo en una calle de la localidad japonesa de Tagajo, en la prefectura de Miyagi.

Una doble explosión en el reactor número 3 de la central nuclear de Fukushina alimentó este lunes el temor de un desastre atómico en Japón, un país abrumado ya por un seísmo y un tsunami que podrían haber dejado más de 10.000 muertos.

La Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de la central de Fukushima (250 kilómetros al nordeste de Tokio), admitió además la posibilidad de que el combustible del reactor 2 hubiese entrado en fusión a causa de una avería en el circuito de enfriamiento. El Gobierno minimizó en cambio la posibilidad de que una explosión importante se produjera en ese reactor.

Los equipos de rescate hallaron cerca de 2.000 cadáveres en la costa de la provincia de Miyagi (noreste del país), en tanto que millones de japoneses trataban de sobrevivir sin agua, electricidad, combustible o comida suficiente y centenares de miles más estaban obligados a alojarse en centros de emergencia a causa del tsunami que barrió con sus viviendas.

Los desastres naturales también asestaron un duro golpe a la tercera economía mundial, que se quedó sin electricidad suficiente para hacer funcionar sus fábricas. Un viento de pánico sopló sobre la Bolsa de Tokio, que cayó este lunes más del 6% a raíz de un movimiento de ventas precipitadas de acciones.

Socorristas de todo el mundo llegaban al archipiélago para colaborar con más de 100.000 soldados que tratan de prestar asistencia en un país que sigue sacudido por las réplicas del terremoto y en permanente sobresalto por las falsas alarmas de nuevos tsunamis.

En Ishinomaki, una ciudad de 165.000 habitantes duramente golpeada, "hay una carrera contrarreloj para salvar a posibles sobrevivientes bajo una montaña colosal de escombros", refirió Patrick Fuller, portavoz de la Cruz Roja en la región Asia-Pacífico.

El temor a un desastre nuclear se sumaba a las angustias provocadas por la devastación. El sismo, el tsunami y las explosiones en las centrales nucleares enfrentan al país a su "crisis más grave (...) desde el fin de la Segunda Guerra Mundial", dijo el primer ministro japonés, Naoto Kan.

Las explosiones de este lunes en el reactor 3 de Fukushima 1 mataron hirieron a once personas, aunque el contenedor y el reactor no resultaron dañados, según la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.

Una explosión se había producido el sábado en el reactor número 1, que costó la vida a un técnico e hirió a once.

La fusión se produce a causa del recalentamiento de las barras de combustible, que empiezan a derretirse como velas.

Kan ordenó el fin de semana la evacuación de los habitantes en un radio de 20 kilómetros en torno a Fukushima.

La s autoridades decretaron el estado de emergencia en una segunda planta nuclear, la de Onagawa (noreste), "tras registrarse niveles de radiactividad que superaban los autorizados" y volvieron luego a la normal, indicó en Viena la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).

Otra central nuclear, la de Tokai, sufrió una avería en su sistema de refrigeración, pero las bombas de agua auxiliares funcionaban y seguían enfriando el reactor, informó un portavoz en la madrugada del lunes.

El terremoto, de magnitud 8,9, y el posterior tsunami de 10 metros de altura arrasaron el viernes la costa noreste del archipiélago nipón.

Naciones Unidas anunció en Ginebra que 590.000 personas fueron evacuadas de la zona del desastre, incluidas 210.000 que viven cerca de las plantas nucleares de Fukushima.

Un nuevo y fuerte temblor sísmico de magnitud 5,8 según la agencia meteorológica japonesa, se sintió este lunes en Tokio poco después de las 10H00 (01H00 GMT).

Entre tanto, el número de víctimas continúa aumentando.

Más de 10.000 personas podrían haber perdido la vida en la prefectura costera de Miyagi (noreste de Japón), la más cercana al epicentro, declaró el jefe de la policía local, Naoto Takeuchi.

El portavoz del Gobierno advirtió asimismo que el desastre tendrá un impacto "considerable" en la economía del país.

El costo para las aseguradoras de los daños provocados por el sismo podría ascender a 34.600 millones de dólares, según una estimación inicial de AIR Worldwide, firma especialista en evaluación de riesgos.

De acuerdo con la agencia de noticias japonesa Kyodo, más de 3.400 edificios de viviendas quedaron destruidos.

Al menos 5,6 millones de hogares siguen sin electricidad y la compañía Tepco tiene planificados cortes de luz desde este lunes hasta finales de abril para evitar la sobrecarga de las redes y los consiguientes apagones. Además, un millón de casas siguen privadas de agua potable.

Para sostener la economía, el Banco de Japón inyectó este lunes en el mercado la mayor cantidad de liquidez de su historia, 15 billones de yenes (181.000 millones de dólares), tras haber transferido el domingo 55.000 millones de yenes a 13 bancos implantados en la región afectada.

Fuente:

http://noticias.latam.msn.com/pe/internacional/articulo_afp.aspx?cp-documentid=27993955