Imagen de la televisora Telesur que muestra a la presidenta chilena, Michelle Bachelet y los daños causados por el potente sismo de 8,8 de magnitud de momento que azotó el sur de Chile el 27 de febrero de 2010.

Imagen de la televisora Telesur que muestra a la presidenta chilena, Michelle Bachelet y los daños causados por el potente sismo de 8,8 de magnitud de momento que azotó el sur de Chile el 27 de febrero de 2010.

El terremoto tuvo su epicentro en el mar a 90 km de Concepción, ciudad de medio millón de habitantes y unos 500 km al sur de Santiago.

La cifra de muertos "va variando minuto a minuto y ahora llega a 147", dijo Carmen Fernández, directora de la Oficina Nacional de Emergencias, al entregar el último reporte oficial de víctimas del terremoto que sacudió a Chile a las 03H34 locales (06H34 GMT).

Fernández confirmó que la zona más afectada es la periferia de la ciudad de Concepción, donde habría unos 400.000 afectados.

La presidenta Michelle Bachelet declaró el "estado de catástrofe" en las zonas afectadas.

Las primeras imágenes televisivas de Concepción mostraban el gran puente sobre el río Biobío destruido, decenas de construcciones dañadas y calles obstruidas por escombros.

Un edificio de 15 pisos se derrumbó en la sector de la costanera y los socorristas trabajaban en la evacuación de las personas atrapadas.

El sismo es el segundo más potente de los últimos 20 años, tras el de 9,1 grados en la escala de Richter registrado en diciembre de 2004 en las costas de Indonesia y que desencadenó el tsunami que mató a 220.000 personas.

Chile ya había sufrido el terremoto más fuerte nunca registrado en el mundo, de 9,5 grados Richter, el 22 de mayo de 1960 en Valdivia, al sur de Santiago, que dejó más de 3.000 muertos.

El temblor sorprendió a la mayoría de los chilenos durmiendo y muchos de ellos salieron aterrorizados a las calles. Allí se mezclaban personas en pijamas que rehusaban regresar a sus viviendas y nutridos grupos de jóvenes que abandonaron discotecas y fiestas.

La confusión se vio agravada por el inmediato y generalizado corte de luz que sobrevino al fuerte sismo y el colapso de las líneas telefónicas. Además, el aeropuerto de la capital seguía cerrado, producto de una gran destrucción, que obligó a que los vuelos internacionales fueran derivados a aeropuertos argentinos.

"Se cayeron los floreros, el televisor, todo se hizo añicos y quedó regado dentro de la casa", dijo a la AFP una mujer de nombre Aída en las afueras de su vivienda del norte de Santiago.

Su casa y las de sus vecinos -todos aún en la calle a primera hora de la tarde- registró la caída de algunas tejas y trozos de cornisa, pero su estructura se mantuvo en pie, tal como la de la mayoría de las construcciones en Santiago, una ciudad de seis millones de habitantes donde rigen estrictas normas para la construcción antisísmica.

"La infraestructura chilena ha resistido", señaló el ministro de Obras Públicas Sergio Bitar después de hacer un sobrevuelo por Santiago y sus alrededores.

Ante la caída de las comunicaciones, muchas personas se volcaron en las redes sociales de internet Twitter y Facebook para tratar de dar con sus familiares. El servidor Google puso en marcha un servicio de búsqueda de personas para facilitar los contactos.

Varias réplicas siguieron al sismo, algunas de una magnitud superior a 6.

Japón, Australia, las Filipinas y Hawai mantenían alertas de tsunami tras el sismo, mientras algunos de los países más próximos al epicentro, como Ecuador, Perú, Costa Rica y Nicaragua las levantaban sucesivamente al pasar el peligro.

La isla chilena Juan Fernández -que inspiró al narrador inglés Daniel Defoe para escribir su novela 'Robinson Crusoe'- se vio invadida por una serie de olas que siguieron tras el terremoto. Se ignora si hay víctimas, pero muchos habitantes tuvieron tiempo de subir a las zonas altas.

"Todo lo que había a tres kilómetros (del mar) desapareció", relató Fernando Avaria, piloto de avionetas que frecuentemente vuela a la isla.

La alerta de tsunami en el Pacífico "podría durar toda la jornada", dijo Eric Law, del Servicio Nacional Meteorológico norteamericano (NWS, por sus siglas en inglés).

"Se detendrá cuando llegue al continente, del otro lado del Pacífico, en Asia. La ola se desplegó sobre el conjunto del océano Pacífico", precisó.

Los residentes de las áreas costeras de Hawai así como turistas recibieron órdenes de evacuación a través de sirenas de alertas.

Varios países se solidarizaron con Chile y se aprestaban a colaborar con las autoridades de ese país.

"Estados Unidos está listo para aportar su ayuda a las operaciones de rescate y reconstrucción y tenemos recursos que pueden ser desplegados si el gobierno chileno solicita nuestra ayuda", dijo el presidente estadounidense Barack Obama en una breve intervención ante la Casa Blanca.

Imágenes del terremoto del sábado en Chile, filmadas en Santiago y en Viña del Mar. El temblor causó al menos 147 muertos, según cifras oficiales.